
Comencé a visitarlo todos los sábados de tarde... al principio parecía no querer conversar sobre su vida, por lo tanto nos limitábamos a platicar sobre Dios y la Biblia...siempre me repetía que vive tranquilo y sin problemas, y que Dios siempre se encarga de darle lo que necesita y hacerle compañía...
Pensé que no le gustaban mis visitas, pero poco a poco comenzó a contarme sobre su vida y como llego a estar en donde esta...
Después de algunos sábados comenzó a limpiar mas la casa, algo que de alguna manera hacia un poco de diferencia... y cuando digo limpiar, me refiero a ordenar los muebles de una manera mas linda, ya que siempre estaban sucios, pero por lo menos se veía un pequeño esfuerzo de su parte para que yo me sienta mas cómoda.
A veces se notaba que se había bañado en esa semana, mientras que otros estaba muy borracho para entender la situación, o abrir la puerta siquiera...
Pasaron los meses, y nuestros encuentros siempre eran similares... ya para los últimos días intente hablarle sobre el alcohol, pero no encontré mas que resistencia y negación de su parte, por lo tanto no insistí con el tema ya que parecía ser bastante delicado y una de las razones por las cuales no tenia a su familia cerca.
Llegando fin de año comenzó a darse cuenta que no lo visitaría mas, y la relación cambio. Los últimos sábados se encontraba parado en la puerta esperando que llegue y se ponía contento de verme... siempre terminábamos la visita con una oración y un beso de despedida, algo que aparentemente otra gente no le brindaba seguido.
Me hubiese gustado poder ayudarlo de otra manera, pero eso era lo único que yo podía dejarle, una oración y un poco de afecto en mi saludo.
El ultimo sábado que lo vi, me dijo algo que quedara grabado en mi memoria ya que me pidió que me quede quieta y lo deje mirarme... un poco incomoda le sonreí y lo mire fijamente a los ojos notando una mirada de tristeza y melancolía... finalmente con los ojos aguados me dijo: "Te pareces a mi hija cuando era joven..."
Esa tarde sentí que se me partía el corazón al dejarlo.... pero por primera vez me sentí que todo había valido la pena, de alguna manera...con algo tan simple como dedicarle un poco de mi tiempo, habría logrado que Nelson vuelva a ver a su hija, aunque sea por medio de recuerdos...
Volver a ver a quien tanto se ha amado..
ReplyDeletesolo la profundidad de una *mirada aguada*, logra explicarlo.
Exquisitas letras.
Gracias